En apariencia el conjunto residencial Villa Catania es un lugar tranquilo y donde algunos de sus habitantes afirman que es el “mejor vividero”, sin embargo para el modisto Héctor Sánchez, su propia residencia se convirtió en un infierno por espacio de los 23 años en los que ha vivido allí.

“Todo comenzó por peleas entre vecinos, pero el conflicto fue creciendo y se salió de control hasta que comenzaron vandalismos a mi casa y agresiones físicas contra mí y mis padres que son unos ancianos”, dijo Héctor Sánchez a Zona Cero.

La Corte Constitucional garantizó este martes los derechos de Héctor Sánchez Escorcia, un diseñador de modas de 42 años abiertamente gay, que presentó en noviembre de 2015 una acción de tutela para solicitar la protección de sus derechos fundamentales, a la no discriminación, la igualdad, el libre desarrollo de la personalidad y la dignidad humana, que eran vulnerados por sus vecinos del conjunto residencial ‘Villa Catania’, ubicado en la calle 87, número 75–27 en Barranquilla.

Los problemas comenzaron en el conjunto residencial, que cuenta con 10 casas, en color gris, de igual diseño, debido a que no cuenta con personería jurídica ni una administración que ayude a mediar los problemas entre los vecinos. “Al principio eran detalles pequeños entre una vivienda vecina y otra, pero luego una vecina del conjunto se dedicó a difamarme a mí a mi familia. Después venían y nos partían todas las poteras de la casa y luego hasta echaron agua con excrementos en la terraza y en el techo de la casa”, denunció Sánchez.

La paz y la tranquilidad del conjunto residencial se vieron perturbadas cuando las agresiones hacia Sánchez se volvieron físicas y verbales. “Atentaban contra los carros de mis clientas, me golpearon a mí y a mi padre y me decían que si seguía viviendo acá me iban a mandar a golpear y matar”, aseguró el modisto.

Según Sánchez, el conflicto del conjunto residencial se centra en una casa vecina a la suya, donde sus habitantes por años han acosado a su familia. “A mí me decían marica, poco hombre, mariquita y a mi padre lo insultaban diciéndole cachón y a mi madre no la bajaban de puta o bruja y esta situación debía terminar”, lamentó el diseñador de modas.

Actualmente, Sánchez cuenta con cámaras de seguridad dispuestas a lo largo y ancho de su residencia para captar los movimientos de sus vecinos y evitar otros ataques contra su propiedad.

Esto dijeron los vecinos

Zona Cero se dedicó a tocar puerta por puerta en las diez casas del conjunto para conocer la opinión de sus habitantes.  En la mayoría de las casas no quisieron responder a las preguntas.

En la primera casa, frente a la del modisto, un hombre alto atendió a este equipo periodístico y aseguró “no conocer el tema” y afirmó que los ocupantes de la residencia no estaban en casa.

Otra de las vecinas en la casa seis dijo haber llegado de viaje y no conocer la problemática del conjunto residencial.

Finalmente, la vecina de la casa cuatro habló, pero pidió no revelar su rostro. “Yo llevo aquí viviendo dos años y la verdad es que la gente acá molestaba mucho a Héctor. Nosotros no tenemos nada en contra de él y nos alegramos por el fallo. Yo cuando vinieron los noticieros me asomé apenas a mirar cuando una de las vecinas me gritó metida y que me fuera a chismosear a otra parte. Aquí algunos son agresivos”, concluyó.